lunes, 2 de julio de 2012
tan visiblemente
...Las negaciones se multiplican, la voz se embrolla y se ahoga; el maestro,
, baja el índice estirado, da la espalda a la pizarra, mira a los alumnos
que se desternillan de risa y no se da cuenta de que si ríen tan fuerte se debe a
que, por encima de la pizarra y del maestro que farfulla sus negaciones, acaba
de levantarse un vapor que poco a poco ha ido tomando forma y ahora dibuja
de un modo muy exacto, sin ninguna duda posible, una pipa. «Es una pipa, es
una pipa» gritan los alumnos, que patalean, mientras que el maestro, cada vez
más bajo, pero siempre con la misma obstinación, murmura sin que ya nadie
le escuche: «Y, sin embargo, esto no es una pipa.» Y no se equivoca, pues esta
pipa que flota tan visiblemente por encima de la escena, como la cosa a la que
se refiere el dibujo de la pizarra y en cuyo nombre el texto puede decir con
razón que el dibujo no es verdaderamente una pipa, esa pipa no es más que un
dibujo; no es en absoluto una pipa. Tanto en la pizarra como encima de ella, el
dibujo de la pipa y el texto que debería nombrarla no encuentran ya donde
encontrarse y prenderse [p. 45] uno en el otro, como el calígrafo, con mucha
presunción, había intentado hacerlo.
Entonces, sobre sus pies biselados y tan visiblemente inestables, el caballete ya no tiene más que caerse, el marco dislocarse, el cuadro rodar por tierra,
las letras desparramarse, la «pipa» puede «cascarse»: el lugar común —obra
banal o lección cotidiana— ha desaparecido...
Michel Foucault
Esto no es una pipa
Ensayo sobre Magritte
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